La vitamina D, también conocida como “la vitamina del sol”, juega un papel crucial en el desarrollo de los huesos de tus caballos. ¿Por qué? Porque la vitamina D participa en la regulación de la absorción del Calcio en el organismo, y como ya sabemos, el calcio es importante para la formación y mantenimiento de los huesos.
Los caballos necesitan de 5 a 8 horas de exposición solar para asegurar la producción adecuada de vitamina D, de aquí que la conozcamos como “la vitamina del sol”. Pero, ¿Cómo se produce? Pues es muy simple, los aceites de la piel y tejidos del caballo al ser expuestos a los rayos ultravioletas del sol sufren un cambio químico y se transforman en vitamina D3, que es la forma en la que la vitamina D se encuentra en los animales.
Por este motivo es que todos los caballos que no puedan tener diariamente este periodo de exposición solar, o que se encuentren en estaciones como otoño e invierno donde hay poca presencia de rayos solares, requieren que se les suplemente con vitamina D en la dieta.
Lo que casi nadie sabe es que la vitamina D es realmente una hormona, y es la encargada de llevar diferentes mensajes a través del cuerpo. ¿Qué mensajes? La vitamina D se encarga de llevar 3 mensajes esenciales:
-Primero viaja al intestino delgado para promover que se absorba más calcio de la dieta ingerida. Si los niveles de calcio que has dado en el alimento son insuficientes, entonces la vitamina D procede a llevar el segundo mensaje, esta vez a los huesos, donde se promueve la liberación de calcio y fósforo a la sangre. Si aún con esto el cuerpo no cubre sus necesidades de calcio, la vitamina D tiene un último mensaje para utilizar. Viaja al riñón y promueve la reabsorción del calcio que se encuentra ahí, evitando su perdida a través de la orina. Todos estos mensajes siempre buscan regular los niveles sanguíneos de calcio. Un nivel normal y adecuado de calcio en la sangre ayuda a los huesos, articulaciones y músculos a cumplir de manera correcta con sus funciones.
Si nuestros caballos tienen deficiencia de esta vitamina podemos encontrar los siguientes problemas:
Disminución de apetito
Retraso en el crecimiento de tus animales jóvenes
Raquitismo en animales jóvenes
Desmineralización ósea, lo que hace más propensos a nuestros caballos a sufrir de facturas y/o deformación de huesos
Mala contracción muscular
Osteomalacia en animales adultos
Recuerda, todo en exceso es malo. Si adicionas más vitamina D de la que necesita tu caballo tendrás problemas de toxicidad y puedes encontrar los siguientes problemas en tu caballo:
Depresión
Disminución del apetito y pérdida de peso
Rigidez de las extremidades
Mineralización de tejidos y órganos
No hay que alarmarse, porque la toxicidad es muy difícil de alcanzar. De todas maneras es muy importante que como propietario de un caballo, revises las dosis de vitamina D que recibe tu caballo en el alimento. Recuerda que si tu caballo no puede tener largos periodos de exposición solar necesitas suplementarlo para que lo ayudes a crecer y mantener sanos sus huesos.
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